viernes, 30 de abril de 2010

Los amores de mi vida: El Soco

El Soco era socorrista de la piscina del pueblo de mi padre, un pueblo de Andalucía, que como ya dije, llamémosle Montaña. Él también es de fuera, va al pueblo en vacaciones porque su familia es de allí.
Todas las niñas del pueblo, foráneas o Montañeras, soñábamos con Soco (y más de una lo seguimos haciendo) porque SocoSoco es mucho Soco. Tiene un gran carisma, atrae a mujeres y hombres por igual. Está en todas las fiestas, es inteligente, guapo, súper divertido…y en verdad poco más puedo decir de él, porque realmente, no lo conozco, realmente sé pocas cosas sobre sus sueños, miedos, problemas, ilusiones…Por lo tanto sé que lo tengo totalmente idealizado, pero no puedo evitar sentirme muy muy atraída por él y pensar que es perfecto para mí.
Hace años, cuando pasábamos todas las vacaciones del año en el pueblo, Soco y yo pertenecíamos al mismo grupo, sólo que yo era la pequeña, y él el mayor, 6 años más que yo. En alguna ocasión siendo muy jóvenes (sobretodo yo) nos dimos 4 morreos, pero al final siempre acababa follando con alguna otra del pueblo…porque al fin y al cabo, 6 años siendo tan jóvenes se notan mucho, y yo a su lado era una cría.
El caso, es que Soco me ha creado una especia de trauma, porque cada vez que le veo, poco estos últimos años, y aunque ya cada uno tiene su pareja y su vida y ya no hay pandis, me siento pequeña, de repente hago una regresión al pasado y siento que tengo 13 años otra vez, y babeo por Soco, que babea por otras…
A su lado me vuelvo insegura, torpe…acabo diciendo justo lo que no quiero decir…Si me habla me pongo roja, soy incapaz de seguirle una broma…me hago muy muy pequeña… Realmente me trastoca, me perturba, me desmonta...
Yo creo que lo me hace falta es follármelo para dejar de idealizarlo….o para acabar de enamorarme del todo…pero bueno, tendrá que ser en otra vida…

jueves, 29 de abril de 2010

De coches

Tengo un coche de 1995, así que, como dice mi abuela, “echarle cuentas”…tiene 15 años, y espero que me dure muchos más porque no podría comprarme otro, y lo necesito. Lo necesito porque entre el trabajo y la facultad, lo que no me sobra nunca siempre es el tiempo (Estopaaaaa) así que todo el tiempo que le rasco al día moviéndome en coche, en vez de en transporte público, bueno es. Para moverse por el centro lo más rápido es el metro, pero ni vivo en el centro, ni trabajo en el centro ni la facultad está en el centro.

El caso es que como es tan viejo he tenido que llevarlo algunas veces al mecánico, y yo creo que la mayoría son uno estafadores hijos de puta que me ven cara de tonta y se intentan aprovechar…Siempre intentan sacarme la pasta, y en alguna ocasión si no hubiera intervenido mi padre, me la hubieran metido doblada.

El año pasado, como no estaba muy contenta con los mecánicos a los que anteriormente había ido, le pedí a un amigo que me recomendara uno, y allí que me fui, toda confiada yo, porque mi colega me dijo que ese mecánico era bueno y no era caro, una joya vamos. Pues resulta que me llama el tío y me dice que le ha hecho nosecuantas cosas al coche, y que todo sube unos 600€. Yo flipé, porque según mi padre, que sabe muy mucho, me dijo que sólo había que cambiar las pastillas de freno y no recuerdo qué más. Total, que me acerqué al taller con mi padre y qué casualidad que ya no eran 600€, ¡sino 250€! El tío se pensaba que era idiota y me iba a estafar 350€.

Luego mi padre le pidió la factura y por lo visto el listo se quería escaquear, supongo que para no declarar…

- Papa: hágame la factura
- Mecánico: no puedo
- Papa: ¿Por qué?
- Mecánico: ofjsd´slakgjarlg (ahora mismo no recuerdo qué le dijo)
- Papa: hágame la factura.

Así, sin más, el tío la hizo como un rayo. Si se la pido yo, fijo que no me la hace ni suplicándole, y mi padre, con su voz, su calva y su bigote de cuéntame, sólo tuvo que insistir una vez…

Y es que eso es lo malo de ser tía, que se piensan que no sabes cambiar una rueda o echarle aceite al coche…Pues yo sí, ea. Porque aunque mi padre aún tiene un regustillo machista, soy su nena, y su nena tiene que ser la más lista, y sobretodo su nena no tiene porqué depender de nadie (y menos de un tío), así que cuando me saqué el carné de conducir me hizo un cursillo intensivo sobre mecánica, lo básico: el agua, el aceite, el aceite de la dirección, cambiar ruedas, cambiar la batería…

En fin, que me enrollo ¿alguien conoce un buen mecánico?

miércoles, 28 de abril de 2010

Historia de un chat: Tercera Parte

Yo estaba nerviosa. Después de cambiar la reserva del hotel tres veces (primero dos habitaciones, luego una habitación y definitivamente, después de hablarlo y de que D me dijera "si estás más tranquila coge dos habitaciones", eso hice). Tenía 20 años recién cumpliditos así que le dije a mi madre que me iba de fin de semana con unas amigas para que no me dijera nada, previo aviso a mis amigas por si mi madre llamaba, cosa improbable ya que confiaba mucho en mi (ingenua...).

Un viernes a las cuatro de la tarde me pongo en marcha. Sabía poco de él, a penas nos conocíamos y me gustaba, pero empezó a entrarme una sensación de agobio un poco extraña. ¿Y si no te gusta y tienes que aguantarlo todo el fin de semana? ¿Y si se pone pesado? ¿Y si...? Lo cierto es que mi cuento de hadas empezaba a desmoronarse antes de empezar, como si la idea en mi imaginación de enamorarme de alguien que no conocía y encontrarme, a medio camino de nuestras dos ciudades, fuera lo que realmente me emocionaba de la situación, más que el hecho de que sintiera algo especial por él. Aún así decidí no adelantarme a los acontecimientos. Al fin y al cabo, no nos habíamos jurado amor eterno.

LLegué al hotel y cuando deshice la maleta le llamé por teléfono. Estoy aparcando, me dijo. La espera fue extraña, pero más extraño fue abrirle la puerta de mi habitación (justo enfrente de la suya) y verle por primera vez. Era exactamente igual que la foto. La misma cara, la misma sonrisa...la misma falta de química. Cuando vi su foto me sentí reconfortada porque no me pareció un monstruo (lo sé, suena muy cruel, pero ya me entendéis, no necesitaba que fuera una belleza pero sí que me dijera alguna cosa), pero como ya expliqué faltaba ver si en persona había química, ese no sé qué que te hace acercarte a alguien, mirarle sin razón. Y no lo hubo.

Aquella noche salimos a cenar, en plan muy distendido, sin presiones. Entonces pude constatar que era muy simpático y siempre estaba sonriendo. Lo pasamos bien, diría que parecíamos dos buenos amigos que tienen muchas cosas que contarse y ya está, lo que me tranquilizó mucho porque otra cosa me hubiera hecho sentir incómoda en ese momento en el que intentaba averiguar si podría o no sentir algo hacia él. Después de la cena y una copa, como estábamos cansados del viaje, nos fuimos a dormir cada uno a su habitación.

El sábado se presentaba bien. Hicimos un plan turístico y yo me sentía animada, pero mientras pasaban las horas las cosas empezaron a ponerse raras. D, como ya he dicho, era muy simpático y educado, me sentía a gusto con él, pero pronto empezó a cambiar de actitud y a mostrarse extrañamente caballeroso. Demasiado caballeroso. Vale, sé que los hombres que leéis esto diréis "Nunca os ponéis de acuerdo, que si mucho, que si poco", pero lo cierto es que yo nací en 1982 y aunque agradezco (más bien exijo) que me traten con respeto, no me gusta que me abran la puerta de cada sitio al que voy, ni que me lo paguen todo, ni que me cedan siempre el mejor asiento, ni de que me hablen del amor romántico como si estuviéramos en una novela del siglo XIX. D era un poco así. Intentaba alagarme contínuamente, mostrarse agradable, pero para mí el tono era excesivo y su actitud empezó a empalagarme y a agobiarme.

Esa tarde intentó ponerse cariñoso conmigo, eso sí, de forma muy elegante, nada de magreos inesperados o frases calientes en plan rollo de fin de semana. No, era más bien...que si te paso el brazo por el hombro, que si se aparto un cabello de la cara, que si "sabes, me pareces muy guapa", que si, "cuánto me alegro de haberte conocido"...Y yo allí, a su lado, con cara de circunstancias porque con cada frasecita me traía menos, con cada gesto me parecía que teníamos menos en común, que aquello no funcionaría, y el pobre, erre que erre, pero con tanta delicadeza que haber quien le decía, "mira, que yo me alegro de haberte conocido pero no en el mismo sentido que tú. Que vamos, que no hay química y mejor que seamos amigos". Pues no me veía capaz, la verdad, de decirle eso. Me acobardé. Si hubiera sido valiente habría dado la cara y se lo habría dicho, pero la verdad es que una parte de mi quería creer que podía sentir algo más. Que nuestras conversaciones por teléfono habían significado algo y que sólo me sentía así por el shock de la situación.

Así llegamos a la cena. Después a la copa. Y después al hotel. Como mi actitud con él, a pesar de no ser muy cariñosa, tampoco era de un cardo borriquero, D siguió con su actitud melosa toda la noche, convencido de que lo que me pasaba es que era muy tímida y que por eso estaba tan cortada. Entonces, saliendo del ascensor, cuando estaba a punto de darle las buenas noches, me dijo: "Tengo una sorpresa preparada para ti, espera en mi habitación a que te avise". Me entró un ataque de pánico. No sabía qué esperar, pero por el tono igual me lo encontraba con un tanga de leopardo. En serio, me entró mucha ansiedad mientras esperaba en su habitación, dando vueltas como una loca, hasta que decidí que era absurdo, que seguramente sería un regalo o un detallito sin importancia, y que no debía sacar las cosas de contexto.

Al cabo de unos minutos llamó a su habitación, donde estaba yo. Me esperaba sonriente con un pañuelo en la mano. Se me puso un nudo en la garganta. A pesar de eso, decidí no decirle nada, no, al menos, hasta ver la sorpresa. Me vendó los ojos y me empujó lentamente hacia la otra habitación. Lo sentía detrás de mi, guiándome con delicadeza y me supo mal no haberle dado una oportunidad y haberme dejado llevar, un poquito más, por la situación en la que nos encontrábamos. Entonces me quitó la venda. El corazón me dio un vuelco. La habitación estaba llena de velas alumbrándolo todo tenuemente y la cama...¡la cama estaba llena de pétalos de rosa! Quería desaparecer de allí. No podía moverme, ni decir nada. Él esperaba una reacción que no llegaba y mi cara de "¡Socorro!, de donde ha salido este tío tan cursi" empezaba a delatarme. Creedme, era muy exagerado, todo iluminado, toda la cama llena de pétalos. Y el tiempo pasaba, y yo no decía nada, y él "¿te gusta?", y yo pensando, ¡¡qué hago!! Así que con cara de espanto me senté en la cama, cogí el cofrecillo del que supuestamente habían salido las rosas y empecé a recoger los pétalos diciéndole: "¿Me las puedo llevar? Son muy bonitas...".

Imaginaos la cara del pobre que me había preparado aquello con toda la ilusión del mundo y yo allí, recogiéndolo todo, sin mirarle siquiera. En fin, que la conversación que había intentado evitar no se podía postergar más, pero en lugar de ser sincera, intenté minimizar los daños dándole las típicas excusas que suenan a eso, y que por tanto no convencen.

Hera: Mira D, que me caes muy bien, pero te veo muy decidido y yo acabo de salir de una relación...

D: Si es por eso no te preocupes, podemos ir poco a poco.

Hera: Ya, pero a mi me sabría mal que fuéramos poco a poco y al final la cosa no cuajara y que hubieras perdido tanto tiempo por mi...

(largo silencio, la mirada al suelo....)

D: A mi me gustas mucho, muchísimo. Cuando te vi ayer supe que lo que sentía por ti era real. Tengo ganas de besarte...

Se me cayó el mundo a los pies. Aquella situación habría sido el sueño de muchas chicas y yo ahí, incapaz de sentir nada, salvo un agobio in crescendo, imparable, que cada vez se agudizaba más. Decidí que tenía que ser más clara y le dije que yo no sentía lo mismo hacia él, que me caía muy bien y que me parecía guapo, que no era eso, pero que me faltaba algo y que no sabía si ese algo llegaría alguna vez o no.

D lo entendió, aunque insistía en que, quizás, con más tiempo, sin presiones, podría sentir eso que faltaba. Yo no quería ser más rotunda. Le veía triste y me daba mucha lástima, así que le dije que nos fuéramos a dormir.

Al día siguiente la cosa se espesó. Yo me levanté de muy buen humor (ya no sentía ninguna presión) y el malinterpretó mi estado de ánimo. Dimos un paseo por la playa y volvió a mostrarse meloso y atento, a mi me disgustaba esa actitud, pero ya solo pensaba en que en unas horas volvería a mi ciudad y aquello acabaría. Cuando me soltó un beso en la mejilla, así, sin venir a cuento, decidí que era hora de irnos. La verdad es que aún no era la hora que habíamos acordado, pero yo ya no podía más y adelanté la marcha. Él no quería irse, no tan pronto, pero ante mi insistencia no tuvo más remedio que aceptar. Yo volvía a estar agobiada, incluso molesta con él, "¿por qué coño me suelta un beso si ayer le dejé bien claro que no, que no quería nada con él, al menos por ahora?", así que empaqué lo más rápido que pude y con un par de besos rápidos y un "ya hablaremos" me subí al coche y me fui.

Al cabo de una hora de carretera sonó mi móvil. Vi que era D y dudé si debía cogerlo o no. No lo hice. Al cabo de unos minutos volvió a llamar y pensé que tampoco había razón para portarme como una bruja y descolgué el teléfono. Solo podía escucharle llorando al otro lado. Entonces me dijo, entre lágrimas, que le gustaba muchísimo, que verme había hecho crecer todo lo que ya sentía por mi y que no podía soportar la idea de no volver a verme. Que ya sabía que no tenía nada que hacer (aquí me rompió por dentro, la verdad), que no me culpaba, que no pasaba nada, pero que necesitaba hablar conmigo, que no se acabara todo de golpe, justo cuando más necesitaba él saber de mi.

No sabía qué hacer. Me sentía muy mal por él, pero no quería engañarle ni hacerle daño. Así que acepté. Durante unas semanas fui hablando con él, que al principio parecía conformarse con nuestras conversaciones. Luego, su actitud cambio y pasó a estar reticente, como enfadado, hasta que un día me dijo que había empezado a salir con una chica y tras felicitarle me despedí de él. Al cabo de los años volvimos a hablar alguna vez, ya entre risas, de buen rollo (siempre dije que era muy simpático), pero los dos sabíamos ya que entre nosotros nunca habría una segunda oportunidad.

lunes, 26 de abril de 2010

Anécdota

En un local de BarcelonComprobar ortografíaa de cuyo nombre no puedo acordarme...
- Hera: ponme dos chupitos de tequila.
- Camarera: son 7€ cada chupito.
Hera y Juno alucinan.
- Hera: ¿y cuanto vale el cubata?
- Camarera: 10€
- Hera: pues ponme dos cubatas de tequila

Noche de sábado

El sábado por la noche celebramos el 36 cumpleaños de un amigo, el más mayor del grupo, que nos había invitado a diez personas a cenar a su casa. A todos nos hacía ilusión, porque rara vez quedamos para cenar o para hacer algo que no sea apoltronarnos en casa de uno (son unos amigos un poquito especiales) y yo estaba muy contenta. Una amiga enóloga traía vinos buenos (me encanta el vino tinto), otra había hecho un pastel (me encantan los dulces) y, por encima de todo (que ya me ibais a enviar a algún sitio de rehabilitación para adictos a la comida) estábamos todos con ganas de pasar un buen rato.

La cena transcurrió perfecta. Conversaciones varias, risas, recuerdos, el regalo, la cena estaba deliciosa y los vinos...los vinos estupendos. DEMASIADO estupendos. El caso es que cuando me bebí la cuarta copa de tinto mi chico me avisó de que frenara un poco y yo toda ofendida le dije que me dejara en paz. Alguna razón debía tener, porque al cabo de diez minutos intenté echarme vino con el tapón puesto (me volvió a pasar otra vez un poco más tarde), me di dos cabezados contra la pared y cuando mi estómago dijo basta, fue un basta rotundo, de esos que te obligan a emigrar al cuarto de baño tanto rato que los comensales empiezan a preguntarse dónde te has metido.

Si con esto no hubiera suficiente para reconocer que sí, que vale, que estaba borracha como una cuba, los efectos secundarios del día siguiente no dejarían lugar a la confusión. Además de pasar dos horas infernales (entre las 10 y las 12 de la mañana) en las que me levanté ocho veces de la cama, fui al baño, comí algo, me mojé las muñecas, etc. todo con un mareo y un dolor de barriga monumentales, cuando por fin me levanté, si es que pasar de la cama al sofá se puede llamar así, necesité siete horas (no exagero, de 14 a 21 horas) para empezar a encontrarme mejor.

Entonces, como no podía ser de otro modo, mientras estaba en el sofá, con los pelos como si me hubiera atropellado un autobús, el pijama apestoso de todo el día y la cara demacrada, a punto de dar un sorbo a una sopita (por fin tenía hambre después de doce horas de movimientos agresivos en mi aparato digestivo), dije la mágica frase de siempre, la frase de los malos momentos y la razón obnubilada:
NO PIENSO VOLVER A BEBER NUNCA MÁS

MIS TÉCNICAS PARA HUIR DE LA RESACA (Aviso: no siempre funcionan, no hay derecho a reclamar y si no quieres tener resaca te lo digo ya NO BEBAS, es la única receta segura :P)

— Llevar un tomate de ensalada en el bolso y comértelo con un poco de sal, así a palo seco, mientras estás de fiesta.
— Llevar un iogurt y comértelo cuando estés ya de vuelta a casa, para que empiece a hacer efecto.
— Una ducha antes de irte a dormir (o dos, según el grado de borrachera).
— Tener siempre lista una bolsa de guisantes congelados para la cabeza, la barriga o lo que sea.
— Beber muchísima agua durante la fiesta (un vaso de agua por cada vaso de alcohol, así se diluye).
— Beber alcohol bueno. Suena clasista, pero lo cierto es que un buen whisky no da resaca, no tanta como un cutre-whisky de esos marca la tía Bernarda.
— No mezclar. Suena a tópico, pero es cierto. Si mezclas tienes resaca asegurada.

Eso es todo....de momento. Espero que empecéis la semana con menos dolor de cabeza que yo O_o.

jueves, 22 de abril de 2010

El juego del relato


Normas de Ana:

La idea es la siguiente: yo comienzo en mi blog un relato con las primeras 6 líneas. El primero que pase por aquí y le apetezca seguir el relato tendrá que decirlo en un comentario para que todos lo sepamos (con la dirección de su blog) y copiar mis 6 líneas para hacer un post con ellas y añadir 6 líneas (aprox.) más a su invención que tengan que ver con lo anterior. El único requisito es que diga de qué blog ha cogido el texto anterior y que explique el juego. De la misma manera otra persona tomará esas 12 líneas que se llevará a su blog y tendrá que cumplir los mismos requisitos. Así sucesivamente hasta 20 personas, es decir, el número 20 es el que termina el relato. Cuando se acabe recopilaré todo el relato y lo expondré aquí hablando de todos los participantes, así nos conoceremos todos un poco más y seguro que descubrimos nuevos blogs. Además crearemos un relato divertido hecho por 20 personas diferentes.

Eso sí, por favor, que queden claras y distinguidas las partes del relato (si queréis cada uno que le ponga un color distinto) para saber cuándo llegamos al número 20. (si es que llegamos...)


LA HISTORIA

Aquel día Nico no tenía ninguna intención de ir a la escuela. Era la primera vez en su vida que hacía algo así. Si se enteraba su madre se iba a enfadar mucho, pero aquello merecía la pena, tenía que saber qué era y de dónde había salido. Casi no había podido dormir esa noche y en el estómago le corrían hormigas de los nervios. Sólo tenía que llegar a la esquina de su casa, lanzar un beso a su madre que le observaba desde la ventana y correr hacia lo desconocido. ANA

Y así lo hizo, literalmente Nico salió corriendo simulando ir en dirección a su escuela, pero al llegar a la última calle en lugar de girar a la derecha lo hizo a la izquierda, adentrándose de ese modo en un callejón sin salida. En el que además de un par de cubos de basura y un grupo de hojas secas arremolinadas por el viento en un rincón de dicho callejón, entre cartones, semi escondido, seguía estando aquello tal y como él lo encontró la tarde anterior.... SI ES LO QUE PARECE

Lo había encontrado unos días antes, mientras sus compañeros estaban en clase de matemáticas, él estaba dando una vuelta por una zona poco concurrida del barrio. Nunca había podido imaginarse que algún día pudiera caer en sus manos lo que ahora mismo tenía. Siempre las había visto en las películas que tanto le gustaban y por supuesto en los videos juegos. Estaba excitado y no sabía qué hacer. Lo primero sería esconderlo en un lugar seguro, no podía llevarla a casa, tenía que esconderla y cuando estuviera más tranquilo.... sabría qué hacer. DAVID

Le encantaba la idea de ser la única persona en el barrio y seguramente en TODO el mundo que había encontrado algo así. Su secreto le había hecho sentirse poderoso, SÓLO él lo sabía. Sus compañeros de clase alucinarían. ¿Qué diría en tonto de Samuel? Hasta el más mayor de la clase se quedaría de piedra si supiese lo que acababa de encontrar. Eso le provocaba un cosquilleo en el estómago...o ¿es qué ya tenía hambre?. Tenía que trazar un plan y un buen plan sólo lo hacen los buenos amigos. Podía contar con Lorena, eso lo sabía, pero le costaría convencerla... L

No sabía lo que era. Ni como había aparecido allí. Era un objeto cilíndrico, del tamaño de una pelota de fútbol. Parecía de aspecto metálico pero el tacto era suave, parecido a la seda. Cuando lo frotaba creía sentir calor en su palma de la mano pero no le quemaba ... Tenia que hablar con ella, iría a buscarla a la salida del colegio y se lo contaría. Guardo el objeto en su mochila y se dirigió corriendo donde sabia que encontraría a Lorena... KOBAL

Mientras corría como un poseso, loco y sudoroso, se detuvo bruscamente y pensó que si le contaba su descubrimiento a Lorena, le tomaría por loco, por un niño que decía cosas irreales , le diría que ese objeto cilíndrico no existe y él se vería obligado a enseñárselo, pero, lo quería para él, además sabía que si se lo enseñaba y contaba a Lorena se enteraría de su secreto toda la escuela, entonces pensó en..... NEFER

Examinarlo! Sí, eso haría! Era perfecto! Él siempre había soñado con descubrir algo nuevo, algo increíble, algo que no saliese en sus aburridos libros de texto, y el destino se lo había concedido! Casi no podía creerlo... “las clases de matemáticas no son para mí, esto sí” pensaba emocionado mientras deambulaba planeando su siguiente paso... primero tenía que conseguir herramientas, todos los descubridores tienen esos aparatos tan chulos! Luego iría a su escondite secreto donde nadie pudiera molestarle... LANA

Sólo tendría que esperar a que todos salieran del colegio y entonces él se colaría en el laboratorio. Sí, eso haría. Tampoco sería tan difícil, después de todo el conserje siempre se dejaba olvidadas las llaves en su mesa cuando se iba a desayunar por las mañanas, así que aprovecharía ese momento para cogerle la llave del laboratorio. Por la tarde esperaría escondido en el lavabo a que todos se hubieran ido, entraría en el laboratorio, cogería las herramientas necesarias y saldría por una ventana. Era un buen plan. Luego correría a su lugar secreto. TREINTEAÑERA CON HIJO

El robo de llaves fue sencillo, como había previsto, ya sólo tenía que esperar a la noche para colarse en el laboratorio... ¿era su imaginación, o había visto a ese tío de las gafas de sol en alguna otra parte? El objeto seguía en su mochila, seguro, y estaba esperando la llegada de la oscuridad leyendo sentado en el banco del parque...aunque no había pasado ni una página en la hora y media que llevaba allí. ¡Claro! Ese tío de las gafas estaba esperando cruzar la calle en el semáforo al salir de su casa... ¡y también le vio salir del parque tras robar las llaves de laboratorio! ¿Sería posible que le estuvieran siguiendo, o estaba volviéndose paranoico? Tenía que esconderse...ni su casa ni la casa de Lorena eran opciones...tenía que pensar rápido!... Kao

... En esos momentos por su cabeza pasaban un torbellino de pensamientos, no sabía bien cómo continuar con su aventura, había una cosa de la que estaba seguro, tenía que saber un poco más sobre su tesoro. De repente toda su atención sólo estaba puesta en aquel objeto, que tanta curiosidad y admiración le traía. Hasta que comenzó a oír una melodía, como un canto triste y melancólico, todos sus sentidos le decían que su objeto le estaba cantando, pero eso no podía ser. ¿De donde provenía esa melodía? Y así sin creer a sus propios oídos se fue acercando a la mochila muy despacio... LEER ES UN PLACER

... Aunque sabía que debía tener mucha precaución no pudo resistir la tentación y sacó, allí mismo, el objeto de la mochila. ¡Con el objeto en la mano oía mucho mejor la canción!
De repente "algo", quizás un pañuelo, tal vez un saco, le cubrió la cabeza y, antes de que pudiera gritar del susto, unos brazos ligeros pero fuertes le agarraron y le sacaron de allí. Sin embargo, aunque el terror se apoderó de él, no soltó, sino que agarró con mucha más fuerza, su preciado objeto. A los pocos segundos le dejaron caer sobre la hierba del parque y pudo ver frente a él, al hombre de gafas. Gafas que, al haberse resbalado parcialmente, mostraban una horrible cicatriz en el ojo derecho... Sr.Zepa

Le dolía la espalda, se había dado un buen golpe. El hombre le miraba y Nico apretó con más fuerza el objeto en su mano. Tenía que escapar de allí como fuese, ese tipo no parecía tener buenas intenciones. Justo cuando el hombre se abalanzaba sobre él Nico dio un respingo y se escurrió entre sus piernas. Corrió en dirección al colegio con intención de esconderse en el laboratorio. Llegó, la puerta de las cocinas estaba aún abierta y entró. Miró hacia atrás durante un segundo y reconoció al hombre corriendo en aquella dirección. La canción seguía sonando. ¿Por qué no dejaba de hacer ruido? Cerró la puerta como pudo y echó a correr hasta encerrarse en el laboratorio. MAMARECIENTE

El laboratorio estaba oscuro y frío. Se acurrucó en un rincón, deseando que el objeto se callase durante un rato. Y de pronto… ¡SILENCIO! Un silencio mortal, casi molesto, y a Nico le parecía que su respiración sonaba como un concierto. Seguramente el hombre no le había visto entrar en el laboratorio, seguramente…. Pero en la penumbra, hambriento y tembloroso, no podía evitar arrepentirse de la aventura que había emprendido aquella mañana. Pensó en su madre, y se le puso un nudo en la garganta. A esas horas ya habría puesto el grito en el cielo ¿estaría enfadada? ¿preocupada? Le esperaba un buen castigo cuando volviera… si es que volvía. PEQUEÑAS COSAS

Nico, en ese estado de frenesí con miedo, se pone a reflexionar sobre su vida. Siempre ha sentido que fue controlada por un grupo de gente desconocida entre sí, por mera diversión y aburrimiento. En lo más profundo de sus pensamientos, escucha unos pasos que se van aproximando. Estaba todo oscuro, sólo se oían los pasos del hombre misterioso y el estertor de Nico que trataba de disimular sin mucho éxito, hasta que de repente ve una luz a través de los dientes de la cremallera de su mochila. Los pasos son cada vez más rápidos, feroces, hambrientos; Nico, en una explosión de coraje, se levanta y sale disparado como una saeta brillante en medio de toda la oscuridad, tira una sillas en su salida. Al llegar al otro extremo del laboratorio, abre la puerta que comunica éste con el salón de actos; nunca se hubiese imaginado a QUIEN se iba encontrar allí...ALFREDO

No podía creer lo que veía. Allí estaba su amiga Lorena hablando con otros 5 señores, que por la pinta, bien podrían ser colegas de su perseguidor. Pero que tendría que ver Lorena con todo esto? Y sobre todo, que importancia podría tener aquel maldito objeto. Avanzó unas filas de asientos y pudo localizar una salida de emergencia. Abrió muy despacio miró si había alguien en el pasillo y cuando comprobó que estaba despejado salió corriendo para refugiarse dentro del cuarto de la limpieza, que se encontraba 2 puertas más allá. Cerro la puerta tras de si y se quedó de pie apoyado en la puerta. De repente parecía que le temblaban las piernas. Abrió su mochila cogió el objeto y lo lanzó al suelo con rabia y con todas sus fuerzas. Maldita sea!, porque habría entrado aquello en su vida. Estaba a oscuras, tenía el resto de los sentidos a flor de piel y por eso pudo oír con toda claridad un clic!, otro, y después algo parecido al sonido que produce el girar de un mecanismo. Sus manos comenzaron a sudar…LA TETA REINA

De pronto, una voz grave y pausada se dirigió a él desde el otro lado de la puerta.

- Vamos, chico…Dámelo y podrás irte con tu mamá.

Nico se agachó y buscó a tientas el dichoso objeto. Cuando lo encontró notó que estaba caliente. Muy caliente. Respiró hondo y decidió darse por vencido. Ni si quiera sabía qué diablos era eso que tenía entre las manos…lo mejor sería entregárselo a su perseguidor.

- De acuerdo – contestó Nico hablando hacia a la puerta – Aquí lo tiene…

Y en ese momento, Nico pensó en todo lo que había pasado por el dichoso objeto y a, fin de cuentas, para nada…Y recordó el momento exacto en que lo encontró. Cerró los ojos, suspiró y se dispuso a abrir la puerta. Pero su mano no encontró el picaporte…ni la puerta. Abrió los ojos sobresaltado y se encontró a si mismo a la misma hora, el mismo día y en el mismo sitio que cuando encontró el objeto. Su recuerdo había tomado forma…Aquel cachivache le había hecho viajar en el tiempo. Martha


Durante unos segundos se sintió confuso y torpe, no sabía cual era la realidad, todo le daba vueltas y lo sucedido parecía ser parte de un sueño que no comprendía.
De repente, con su mano derecha tanteó el terreno, recorriendo la pared con sus pequeños dedos logró localizar algo familiar. Se trataba del un juguete que le había regalado Lorena el día de su cumpleaños un año atrás y que encajaba a la perfección con el objeto que tan insistentemente alguien buscaba y que él guardaba con cautela. Entonces reflexionó unos segundos, pensó que podría haber sido todo un sueño o una realidad pasada, pero no logró acertar. Nico sonrío, consiguió alejar el miedo y se reincorporó sobre sus piernas aún temblorosas; efectivamente, pudo confirmar que se encontraba en su cuarto, agarrando fuertemente con su mano izquierda ese utensilio. Pero... ¿de dónde había salido tan buscada pieza? Nany


Él no lo sabía, pero estaba seguro de que Lorena si, al fin y al cabo, le había visto hablar con 5 señores sospechosos, y seguro que estaba metida en el ajo. Se moría de curiosidad por saber la verdad sobre ese objeto, pero quedar con ella podría ser peligroso, así que decidió llamarle al móvil con número oculto. No le podía decir directamente lo que pasaba, porque entonces no le contaría nada; tenía que hacerle alguna pregunta inocente, tal vez preguntarle por él regalo...

-¿Si? ¿Quién es?
-Lorena...Pienso sin pensarlo

MI APORTACIÓN

El chasquido del teléfono le sobresaltó. Lorena había colgado. ¡Nada más oírle! Pero...¿por qué? No tenía sentido. Aquello era demasiado inquitante. Tenía que ir a buscarla y averiguar qué sucedía. Justo cuando iba a salir de la habitación sonó el pitido del teléfono indicando que había recibido un mensaje: "No puedo hablar. Ves a mi casa. Mi madre te dará un plano. No olvides el juguete. ¡Corre, ya van a buscarte!". El corazón le iba a mil por hora mientras bajaba las escaleras y corría hacia la puerta trasera de la casa. El recuerdo de aquel hombre le aterrorizaba, ya en la calle, pero no podía detenerse. De pronto el cielo se había cubierto y deslumbrantes relámpagos estallaban en el horizonte. El viento a penas le dejaba avanzar, zarandeándole de un lado a otro. Ya llegaba. La madre de Lorena esperaba en la puerta. Entonces le vió, era él, acercándose, inteceptando su camino.Hera

¿Quién se anima a acabar la historia?

miércoles, 21 de abril de 2010

El sexo...

…es una rama del árbol del amor.

Esta es una frase que me ha dicho mi novio por el móvil, a las 07.55 de la mañana, de camino al trabajo.

Ayer me dijo que había soñado conmigo, le pasa a menudo, sueña que me hace el amor, y se despierta desesperado y corriendo me llama y me dice que necesita verme cuanto antes. Le suele pasar cuando llevamos algunos días sin vernos, el pobre se muere de ganas de volver a pillarme. Por esto y por un millón de razones más, sé que hay pocas mujeres en el mundo que le pongan tan cachondo como le pongo yo a X. Es asín, mi novio me quiere mucho, pero además le pongo cantidad. Siente una atracción hacia mí, a veces desmesurada, y si fuera un poco cabrona, a través del sexo podría conseguir cualquier cosa de él. Lo que pasa es que no lo uso para manipularle, aunque a veces me dan ganas.

En algún lugar he leído que la química que sienten algunas personas tiene que ver con las hormonas, con ser compatibles genéticamente. Es decir, se supone que dos personas sienten atracción física porque su ADN es compatible para procrear y tener descendencia fuerte y sana. Al final, todo tiene que ver con la supervivencia de la especie…Así que yo siempre he pensado que nuestro ADN tiene que ser súpermega compatible, y que si tuviéramos hijos estarían sanísimos, porque otra cosa no, pero atracción no nos falta.

El caso es que cuando ayer me dijo que había soñado conmigo yo quise cambiar de tema, porque como no podemos hacer nada hasta finales de mayo, no quería alimentar la llama…total, para pasarlo mal. Pero esta mañana de camino al trabajo no lo he podido resistir y le he dicho que yo también le deseo muchísimo, pero que ayer no quise seguirle el rollo para que no lo pasáramos peor. Después una cosa nos ha llevado a la otra y hemos empezado una de nuestras conversaciones telefónicas “calentitas”. Y de pronto, me ha dicho:
- Pero cariño, la mayoría de veces que follamos, yo no lo hago por sexo, es por sentirte cerca…la mayoría de veces sólo quiero hacerte el amor, amarte con mi cuerpo…Al fin y al cabo el sexo es una rama del árbol del amor…

Madejau de piedra, si ej que lo tengo en el bote.


Y como hoy va de sexo, ahí va el Meme Erótico que os he leído a algunos, Miguel, Kobal, Jo T....



1- ¿Tienes pareja?

Sí.

2- ¿De tu mismo sexo o distinto?

De distinto.

3- ¿Te gustaría que fuera de otro sexo, eh eh?

Hombre, si fuera bisexual, tendría más en donde eleigir, pero no los soy...

4- ¿Alguna vez has hecho un trío?

Hace muuuuchos años, éramos jóvenes e inexpertos...yo con un chico y otra chica, pero nada, 4 sobeteos...

5- ¿Cómo es el hombre de tus sueños?

Inteligente, divertido, cariñoso...una mezcla de todos los amores de mi vida...

6- ¿Te gusta el cine porno?

El porno no me pone...prefiero el cine erótico...

7- Repito, ¿te gusta el cine porno?

En compañía aún, pero para mí sola no me llama...

8- ¿Cuál es tu fantasía más secreta?

Ninguna es secreta, yo lo casco tó, o a mi pareja o a mis amigas

9- ¿Tienes aparatitos tipo vibrador, bolas chinas…?

Tengo varios, con sus nombres y todo...

10- ¿Dónde lo hiciste y nunca lo has confesado hasta ahora?

Siempre lo confieso todo...pero por explicar algo, hubo un tiempo en que lo hacía mucho en parques...

11- ¿Te gusta alguien que no debiera?

Excepto mi novio, no debería gustarme nadie ...y no es el caso...

12- ¿Cuáles son tus técnicas de seducción?

¿De verdad la gente tiene técnicas?Yo creo que en la práctica es muy difícil seguir una técnica...

13- ¿Qué parte de tu cuerpo te gusta más?

Hoy no tengo mucha autoestima...poca cosa, la verdad

14- ¿Qué parte del cuerpo del otro sexo te gusta más?

Una buena mandíbula me pone cantidad, la espalda, y la altura, me encantan los chicos altos.

15- ¿Estás satisfecho sexualmente?

Hasta finales de mayo no puedo tener relaciones...estoy que me subo por las paredes...

16- ¿Cómo fue tu primer polvo?

Todos los primeros polvos son un poco desastre...la experiencia es un grado...

17- ¿Alguna vez no pudiste hacerlo (ya me entendéis)?

Mi novio alguna vez (muy pocas) ha tenido algún gatillazo, pero creo que esto le pasa a cualquiera...Y yo ahora no puedo

18- ¿Qué es lo que más te gusta que te hagan?

Tengo mucha sensibilidad en el pecho...a buen entendedor..

19- ¿Qué es lo más bonito que te han dicho durante?

Hombre, como bonito haciendo el amor pues "te amo"

20- ¿Qué es lo más bruto que te han dicho durante?

Me gusta jugar a adoptar roles, así que me han dicho muchas cosas brutas...

21- ¿Con quién sueles tener sueños eróticos?

Esta noche he tenido uno con un amigo de mi hermano...

Money, money

Money makes the world go around
...the world go around
...the world go around
Money makes the world go around
It makes the world go'round

("Money,money"; Joel Grey)

El dinero no da la felicidad. Esta frase es uno de los dichos más comunes y reiterados de la historia. Sin embargo ahora, después de muchos años convencida de que era verdad, discrepo. Sí, ya sé que lo más importante es la salud (en eso estaremos todos de acuerdo), y que después lo más importante es tener amor, no amor de pareja necesariamente, sino amor en general, hacia la vida, hacia las personas, la familia y amigos, etc. Pero no nos engañemos, el dinero ayuda y mucho.

El caso es que mi chico y yo vivimos juntos desde hace tres años y medio. Cuando decidimos dar el paso yo tenía un trabajo mileurista (como ahora) y él compaginaba su vocación (sonido, cine y temas audiovisuales en general) con la profesión que le daba el sustento (montador de muebles). Lo cierto es que él ganaba bastante dinero y entre los dos podíamos vivir bien, sin lujos, pero con nuestros pequeños caprichos.

La crisis (sí, la famosa, esa que está en boca de todos y causando estragos a mucha gente), también nos ha afectado a nosotros. Mi chico hace más de un año que no ingresa nada, y cuando digo nada es NADA. Así que desde enero de 2009 vivimos con mi sueldo neto de 1100€/mes. Si tenemos en cuenta que pagamos 700€ de piso+recibos+comida+transporte+gasolina+etc, como podéis ver, no salen las cuentas.

Suerte tenemos de que su madre nos cocine cada semana (la pobre hace lo que puede para llenarnos la nevera). Suerte que mi familia puede, de vez en cuando, enviarme dinero. Pero a pesar de todo ello, la responsabilidad de mantener económicamente la casa mientras estudio al mismo tiempo, y no poder hacer practicamente nada ("¿Vamos al cine?...mejor no, así no gastamos"; "¿Salimos a cenar?...si es un bocata de 5€...";"¿Podremos ir algún fin de semana a algún sitio? [esta pregunta lleva en el aire desde hace dos años]...quizás el año que viene), me está empezando a pesar mucho.

Sé que muchos de vosotros os preguntaréis...¿Por qué no se pone a trabajar él en otra cosa? Y la verdad es que no es porque no quiera, o porque ya se sienta cómodo así.

El caso es que hace dos años, por fin, encontró la manera de canalizar sus esfuerzos e ilusiones profesionales a través de una de las mejores escuelas de audiovisuales del mundo, que, por otro lado, exige el 200% de su tiempo. Creedme. Cuando quieres a alguien y durante años lo ves perdido y triste porque no encuentra su camino, el camino con el que labrar su vida futura y después de mucho tiempo, cuando ya no hay esperanza de nada porque todas las oportunidades que ha tenido se le han jodido siempre y ves una luz, pequeñita, pero la vez, que puede ser la puerta que le abra su futuro, no lo dudas y le apoyas con todas las consecuencias. Eso hice yo hace dos años, y lo sigo haciendo ahora. Pero, a veces, después de 5 años estudiando y trabajando, mirando siempre los gastos con lupa, soñando con qué haré o cómo será mi vida cuando tenga dinero, llega un día que siento que no puedo más.

Entonces me enfado conmigo misma y con él, y pienso que lo mejor es mandarlo todo a la mierda, pero le miro y me doy cuenta de lo importante que es en mi vida y lo mucho que me quiere y pienso que hay mucha gente mucho peor que yo y me siento fatal por quejarme cuando tengo muchas cosas que muchos no tienen, y vuelvo a sacar fuerzas para tirar adelante y disfrutar de mi vida como es ahora, sacar el lado positivo, aunque, como le pasa a Liza Minnelli en Cabaret, no pueda evitar soñar a veces con el maldito dinero.

lunes, 19 de abril de 2010

Los amores de mi vida: Garru (Primera parte - Primera despedida)

No creo que haya sólo un “amor de mi vida”, para mí, todos los chicos a los que he querido o de los que he estado enamorada son el amor de mi vida. Todos los que me han hecho pasar noches en vela pensando en ellos, son el amor de mi vida. Unos te marcan más o menos, otros forman parte de tu vida más o menos tiempo, pero todos en su momento, han sido el amor de mi vida. Cada uno significa una cosa por algún motivo: está el amor platónico e idealizado, el correspondido pero imposible, el no correspondido, el primero que te descubre el sexo, el primero con el que aprendes a querer, el que más tiempo ha estado en tu vida, el que más te hizo llorar…Así que de vez en cuando os hablaré sobre ellos, sobre los amores de mi vida, sobre los chicos que me han hecho suspirar de amor en algún momento.

No sabía si contar mi historia con Garru, pues esta merece ser contada por un erudito de la escritura, por el mejor poeta del mundo. Merece que su relato plasme toda la belleza que contiene, que se cuente tal y como es. Y yo no sé si seré capaz de hacer que los que leen se hagan una idea de lo que pasó, de lo que sentí, de la huella que me ha dejado esta historia, de lo desgarrador de tener el corazón dividido, de lo que aún siento por Garru...Ahora mismo, contándolo, me duele el pecho, es dolor físico, me duele cada vez que pienso en él. Sí, me duele, no es emocional, no es metafórico, es físico, me duele el pecho.

Bueno, para empezar, lo de Garru viene de garrulo, y es que el prota de esta historia es un chico de la ciudad andaluza donde más garrulos/quillos/cholos hay por metro cuadrado. Así que sí, Garru es un garrulo, pero también el hombre que mejor me ha tratado jamás, la persona más cariñosa, detallista y protectora con la que he estado. Garru es de los que sabe cómo tratar a una mujer. Así que ni el dinero, ni los títulos universitarios, ni el barrio en el que vives…son garantía de nada, puedes ser un garrulo, y a la vez UN HOMBRE CON MAYÚSCULAS. Además ha sido la única persona por la que me he planteado abandonarlo todo, ciudad, familia, amigos, trabajo... y empezar una nueva vida a su lado.
Pero a veces el amor no basta, y por mucho que dos personas se amen...

...

Mis dos abuelas son de Andalucía, la paterna de un pueblo en la montaña (llamémosle Montaña), y la materna de una pueblo de playa (llamémosle Playa). Desde que dejamos de llevar pañales, en verano mis padres nos mandaban a mi hermano y a mí con las yayas, y pasábamos la mitad de las vacaciones en cada sitio. Mis recuerdos más bonitos de la infancia y la adolescencia son de Playa y de Montaña, de los amigos que aún conservo de ambos sitios. Y es que los pueblos, los amigos y los amores de verano, tienen algo especial, más especial cuanto más lejos están de tu ciudad, cuanto más horas de coche cuesta llegar a ellos.

Un día, en Playa, pasamos de hacer cabañas en el descampado y de jugar a sangre y al pilla pilla en la calle, a comer pipas en el parque, a ir solos a la playa y a tomar helados en los bares, y hasta a empezar a frecuentar el pub del pueblo. Era el verano del 97, yo tenía 13 preciosos años.

La primera tarde de ese verano que fuimos al parque apareció Garru en su Variant, (un ciclomotor que parece más una bici con motor, pero para nosotros era una Harley) con ese aire chulesco que le caracteriza. Y es que a los 17 años en Playa, o eres un poco chulo, o no eres nadie. Garru era amigo de un amigo de la pandi, y a partir de ese día, empezó a venir con nosotros siempre, y por cierto se hizo muy amigo de mi hermano, ellos dos eran de los mayores del grupo.

Garru y yo empezamos a tontear como tontean los adolescentes, “chinchando” al otro, “desconcertando”… Y Garru lo hacía tan bien, que no sabía si estaba loco por mí, o le caía fatal y me odiaba (aunque en el fondo, muy en el fondo, intuía que era lo primero). Un buen día, prácticamente nos obligaron a que Garru me llevara a dar un vuelta en la Harley..ais…en la Variant. Y a 50km p/h, mientras el viento peinaba mi melena, Garru giró un poco la cara, lo suficiente para que le escuchara, pero seguir viendo la carretera y me dijo….
- Entonces, ¿te molo o no? (ej que Garru es chulo hasta pa eso).
- Síííí!!. - Le dije, aunque de la emoción no sé ni cómo me salieron las palabras.

Garru paró la moto, nos bajamos, y empezamos con el tira y afloja: él sentado en la moto, yo de pié, al lado, acariciando con una mano el manillar. No recuerdo qué broma me hizo como para enfadarme, sólo recuerdo que me hice la ofendida e hice el amago de marcharme, pero él me cogió del brazo y me atrajo hacia su cuerpo, y ahí, bajo la luz de la luna, con el sonido de las olas del mar como banda sonora, nos fundimos en un larrrrrrrgo y mágico beso…

Ese beso fué el primero de infinitos, pero nunca suficientes. A partir de ese día no nos separamos, y repartíamos nuestro tiempo entre la pandi, y pequeños ratos a solas. Los dos estábamos en una nube, estábamos, lo que se dice enamorados. Pensaba en él las 24h del día, el tiempo a su lado pasaba volando, y me sentía la persona más feliz del mundo. Era tan cariñoso y tan divertido, que si tuviera que quedarme con una una imagen, la imagen más característica de aquellos días, sería esta: a nosotros dos, mirándonos, no con una sonrisa en la boca, sino con una carcajada. Garru fué mi primer amor, por lo menos la primera vez que era real. Mi primer novio…paseos por la playa, paseos por el parque, muchos besos, algunos calentones, muchas risas, los primeros te quieros, infinitas caricias…

Sí, vivimos el típico amor de verano, la típica historia de la chica de fuera con el chico de pueblo, y además el primer amor para ambos… Peeeero es lo que tienen los amores de verano, que el enemigo setiembre no perdona. Y así llegó septiembre, y rompió el encanto. Esa fué la primera de 7 despedidas. Recuerdo que mi hermano me tuvo que arrastrar del brazo, porque era incapaz de despegarme del cuello de Garru, y él, con los ojos vidriosos y tragando saliva, aguantaba las ganas de llorar que yo no podía reprimir.

Historia de un chat: Segunda parte

Salí del ciber, histérica, con el móvil en la mano y su teléfono apuntado en un trozo de papel. Quería hablar con él, pero también tenía mis reservas así que esperé a que él diera el paso.

Ring ring

¿Sí?/Soy D (tenía una voz bonita, pensé)/Yo soy H (silencio incómodo)/Tenía ganas de hablar contigo/(Me siento rara, nada tiene sentido). Oye, tengo que colgar. ¿Hablamos luego?, le digo/Vale, pero esta noche tengo una cena, ¿te llamo a las 12?/Vale/ Adiós/Adiós.

Cuando iba hacia casa tenía una sensación de vergüenza extraña. ¿Qué hacía hablando con un desconocido? ¡Qué absurdo! Decidí que se había acabado el juego. Cuando me llamara por la noche hablaría amablemente con él y le pondría alguna excusa para estar ilocalizable unos días y que todo se acabara por sí solo.

A las 12 me empecé a revolver en el sofá. Llevaba desde hacía diez minutos con el móvil en la mano y hasta mi madre me preguntó con curiosidad qué llamada estaba esperando. A las 12.15 pensé, Mejor si no llama. Pero a las 12.30 ya estaba molesta. ¿Por qué no llama?...Es por mi...Mi voz le habrá parecido horrorosa...No tendría que haber colgado de esa manera. A la 1.30 me di cuenta de que no me iba a llamar y frustrada conmigo misma porque me afectara tanto, apagué el móvil y me fui a dormir.

Al día siguiente, después de un buen rato dándole vueltas decidí ir al ciber, entrar con un nick diferente al habitual y espiar a ver si estaba. No sé porqué, pero necesitaba preguntarle porqué no había llamado. Cuando me conecté vi enseguida la identidad pactada que habíamos acordado dos días atrás. Me empezaron a sudar las manos. No sabía qué hacer. Todavía estaba enfadada y al fin y al cabo, si no había llamado, por algo sería. Qué iba a hacer yo, ¿arrastrarme yendo detrás de él? Entonces vi su mensaje. Un mensaje spameado en la ventana general del chat: Necesito hablar con hjftbv. ¿Estás ahí?

Le abrí un privado:
¿Por qué no llamaste?/Perdí el móvil en el restaurante/(Guardo silencio. No sé si creerle o no)/ LLevo dos horas aquí esperando. Quería decirte que tu voz me pareció muy bonita/(Sentí un escalofrió por la espalda)/He pensado que, si te parece bien, podríamos enviarnos una foto, me dijo.

Acepté. Quizás era una locura. Quizás no tuviera sentido, pero me gustaba. Así que decidí quitarme los prejuicios de encima y dejarme llevar.

Durante cuatro días (mientras esperábamos nuestras respectivas cartas) no dejamos de hablar por el chat y por teléfono. Una parte de mi me decía, esto no es real, pero el cosquilleo en el estómago era verdad. Estaba ahí, y no lo podía negar. Entonces llegó la carta. Tenía miedo de abrirla y sentir repulsión. No es que necesitara que fuese el tío más guapo del mundo, pero sí que me dijera...algo. La abrí. Me quedé un rato mirándo la foto, sin saber si me gustaba o no. Era guapo, más mono que guapo. Tenía una sonrisa bonita. Pensé que era una buena reacción, así, de entrada, y le llamé para decírselo:

¡Hola! Solo quería...quería decirte que he visto tu foto. (Esperé. No sabía bien qué decir, ¡pero tenía que reaccionar rápido o iba a pensar mal! Se me adelantó)/Yo también he visto la tuya. Eres preciosa.

Si quedaba algún muro, algún bloqueo que me impedía creer en lo que estaba viviendo, desapareció. Ahora solo pensaba en cuándo podría conocerle. Sabía que encontrarnos podía ser el final de aquello, al fin y al cabo, sólo nos conocíamos desde hacía una semana, pero necesitaba verle. Dudé. Todavía podía ser un psicópata. Y luego pensé, ¿me habría dado el teléfono de su casa si lo fuera? Me lancé y el aceptó. Tres días después, en una ciudad a mitad de camino, nos encontramos.

viernes, 16 de abril de 2010

Historia de un chat: Primera parte

Octubre de 2002

Acababa de dejar una relación de dos años y mi vida emocional estaba demasiado...tranquila. Así que decidí echarle un poco de sal y a falta de ligues a la vista (sí, lo reconozco, con 20 años a veces salía a ligar), empecé a chatear por internet. La verdad es que en aquel momento me daba mucha vergüenza reconocerlo "Internet es para antisociales, marginados y raritos", decían, pero yo me lo pasaba bomba tonteando sin complicarme la vida ni tener que dar explicaciones de nada.

Una tarde, ahí estaba yo, con mi bolsa de pipas y mi botella de agua para no tener que moverme ni un segundo de la pantalla, disfrutando de una tarde intensiva de chateo, cuando entre las doscientas ventanitas de tíos/tías/lo que fuera que se te abren con solo decir, "hola, soy una chica de 20 años", apareció un nick que, no sé porqué, me llamó la atención.

En dos horas y media ya sabía su nombre: D, de donde era: M, su edad: 22, profesión, estudios, comida favorita, gustos musicales, aficiones, equipo de fútbol, mejores amigos, nombre de la última exnovia, número de hermanos/as, tío predilecto y no sé que más cosas, todo si es que no era un psicópata que me estaba vendiendo la moto con perversas intenciones. Yo soy muy miedosa (ví El exorcista con 22 años y dormí en el sofá, televisión encendida incluída, durante una semana), pero en aquel momento ese chico simpático, estupendo y maravilloso que, según decía, media 1,80, ojos verdes (mi obsesión por los ojos verdes aún no había empezado), deportista y estudiante universitario, me pareció lo más inofensivo del mundo. Así que quedamos para hablar otro día, mismo chat, misma hora, identidad pactada.

Recuerdo esa tarde. Había soñado con él y estaba nerviosa. Aunque era consciente de que todo era un juego y no dejaba de repetirme Ni siquiera le conoces, a saber si en la realidad te gustaría también, yo, que soy muy fantasiosa, no quería pinchar la burbuja en la que me había metido. Aún así, mientras iba de camino al ciber (sí, para más muestras de mi locura ni siquiera tenía internet en casa), intentaba convencerme a mi misma de que no me iba a obsesionar, ni iba a exagerar las cosas. Iría, hablaría y no volvería más.

Seis horas de chat después, confesiones de atracción incluídas, intercambiamos los teléfonos. Por fin iba a oír su voz.

miércoles, 14 de abril de 2010

Bipolaridad

Hera se ha quedado en blanco, y yo estoy en uno de “esos días”. No, no tengo la regla. “Uno de esos días” en los que una cantidad inmensa de sentimientos se agolpan dentro de mí. Quiero decir un montón de cosas, pero no sé por donde empezar.

Quiero decir a la gente a la que quiero, que les quiero. Ya que estamos, Hera, te quiero. La verdad es que estoy llena de amor, quiero mucho a muchos. Llámalo impulsos nerviosos, llámalo alma, sea lo que sea, es amor.

Quiero gritar que el ser humano está podrido: ¿cómo se puede decir que el celibato es la causa de la pederastia de los putos curas? Si estoy más salida quelcantounamesa, antes me follo a un mono, o cuelgo la sotana, pero no cometo ese tipo de atrocidad, ni la encubro, que para mí es lo mismo.

Es todo tan bipolar, hay tanta belleza en el mundo y a la vez tanto horror. Hay tanta bondad y a la vez tanta crueldad.

Y hoy siento que hay más porquería de la que queremos ver, que hay más gente cabrona que personas. Y es que sólo tenemos que ser eso, personas. No tenemos porqué ser perfectos, sólo eso, personas.

Pero no, el mundo está lleno de monstruos. No diré animales, porque ni los animales, ni la madre naturaleza, cometen las atrocidades que cometen algunos monstruos con cuerpo de hombre o mujer.

Joder, es que hay que ser malo…

?







martes, 6 de abril de 2010

He visto un fantasma

El viernes vi un fantasma. El de mi ex, que no es ex-novio porque lo nuestro no fue una relación, ni un rollo. Fue una pérdida de la cabeza, enamoramiento enfermizo, atracción fatal. Y es que por él me volví loca, pero no de amor, si no loca de verdad. No le entendía, ni él a mi. Cada día parecía que lo que nos unía nos separaba más rápido. Nos hacía más daño y antes de ser consciente de todo lo malo que tenía nos separamos y yo me quedé pensando en lo que podría haber sido. Y en sus ojos. Sus ojos verdes, de un color que desde entonces significa para mi la atracción más irracional e incontrolable, como la que sentía entonces.


El viernes vi un fantasma. ¿Qué coño hace en mi gimnasio si él vivía en un pueblo fuera de Barcelona y yo vivo justo al otro extremo de la ciudad? Me quedé en estado de shock. Muchas veces había imaginado cómo sería encontrarle de nuevo, pero nunca, jamás, pensé que sería en esa situación, así que al principio me pareció imposible. ¡Pero es que parecía él! Ya me ves por el gimnasio, entre la cinta de correr y la zona de estiramientos, mirándole disimuladamente con un nudo en la garganta. Y mi chico ahí, sonriéndome. ¡Argggg! No acabamos bien, ni mal. Simplemente se acabó de tajo, sin tiempo para explicaciones, así que no me atrevía a acercarme y a distancia, después de siete años sin verle, no podía estar segura de si era o no. Me sentía absurda, ridícula por darle importancia a una tontería así y mientras me dirigía a las duchas, decidida a no averiguar si era o no él, me alegré de haber borrado su número de teléfono años atrás.


Al final mi chico y yo volvimos a casa. Por el camino le expliqué lo que había pasado y hablamos del tema. Le dije que no sentía nada por él, lo cual era completamente cierto, solo que era tan extraño que me sentía un poco raro. Casi me daba risa. A saber si era él o no, y si era me daba lo mismo. ¿Acaso había sacado algo bueno de él?


Ya en casa, distraída con mis cosas, me olvidé del tema. Al cabo de un rato oigo que suena el teléfono, abro el buzón de mensajes, veo un número desconocido, me sudan las manos. Leo el sms: ¿Vienes a menudo?

jueves, 1 de abril de 2010

Quiero el cuento de hadas

¡Hartica me tiene!
No debo escribir esto ahora, porque estoy caliente, y yo soy muy impulsiva, y luego me arrepiento de las cosas, y cuando me calmo lo veo todo de otro color completamente.

Pero ahora lo veo así: el amor es una putada. Mientras dura el enamoramiento y todo son mariposas, es lo mejor del mundo, pero con el tiempo, cuando el enamoramiento da paso al amor, al cariño a la complicidad, hay que hacer unos esfuerzos enormes por mantener viva una relación…¡Y estoy harta!
Quiero que todo vuelva a ser de color de rosa, juer, quiero el cuento de hadas… Pero así es la vida real, dura, contradictoria…

Un amigo me dijo una vez que yo no podría estar mucho tiempo con alguien, porque como soy tan apasionada y bla bla bla, me costaría estar con alguien cuando la relación se apaciguara y entrara en la fase de monotonía…cuando ya, estar con la otra persona, no fuera lo más emocionante que me hubiera pasado nunca…Me decía que al final, pasaría por el aro, como todos, por la hipoteca, los hijos y demás, pero me costaría más que a nadie.
Pues puede que tenga razón. Quiero a X, pero necesito más emoción…
Quizá llevamos mucho tiempo juntos, quizá empezamos muy jóvenes, quizá no me da lo que realmente quiero, quizá estoy muy cansada, quizá de todo un poco…

Acabo de tener una minidiscusión con él por teléfono, hacía muchas semanas que no discutíamos y que estábamos en la nube otra vez. Y no sé si os pasa, ni qué significa, pero ahora tengo ganas de abrazarle con desesperación y de mandarle al carojo, a la vez, así, tojunto…
Y no sé qué quiero hacer más con más fuerza, si lo primero o lo segundo, pero no saberlo es angustioso…
Es como si tuviera doble personalidad: la primera, enamorada aún , quiere seguir luchando por su amor, y seguirle, hasta el infinito y más allá, y la otra quiere salir corriendo, y gritar, gritar fuerte, y luego respirar, y seguir respirando, y caminar, caminar sola…

¿Soy una cobarde?Y si creo que soy una cobarde, ¿es porque realmente quiero hacer los segundo?¿O para lo primero también hace falta valor?

En dos horas veré a X, y debo ir en son de paz, porque hoy no tengo fuerzas para discutir…hoy sólo quiero dormir…