miércoles, 30 de septiembre de 2009

Voluntad

«Hay un fuerza motriz más poderosa que el vapor, la electricidad y la energía atómica: la voluntad» (Albert Einstein)

Pero, ¿de dónde saco la fuerza de voluntad? ¿De la motivación?Tengo para dar y regalar...

Quiero tener un botón de "on" que me haga dedicarme a la tarea a la que debo dedicarme sin remolonear.

Pero no, aún sabiendo lo que tengo que hacer y aún estando motivada, algo me impide que me ponga a ello...

lunes, 28 de septiembre de 2009

La eterna lucha

Si hay algo que siempre me ha atormentado es la poca sintonía que hay entre mi cabeza y mi corazón. Mi razón me dice cosas que mi corazón contradice, y viceversa. El caso es que estoy enamorada, bueno, a estas alturas, más que estar enamorada, quiero a alguien (el enamoramiento es un proceso químico que dura como mucho 3 años). Estoy a gusto a su lado, me gusta, le deseo, es un buen compañero...pero, de verdad de la buena, si pudiera elegir, elegiría no quererlo. Elegiría estar soltera. Elegiría no tener ganas de verle ni de querer pasar tiempo con él.

Por muy sana que sea una relación, (para mi una relación sana es la que no anula la mitad de tu ser) inevitablemente teniendo pareja te pierdes cosas. Aunque sea de buen agrado. Así que ¡no!, ojalá no le quisiera...

Hace un tiempo rompí mi relación con mi actual pareja durante un año, y en ese tiempo, viví más cosas que en los 4 años anteriores con él. También es verdad que en esos 4 años fui mmmmuy feliz, pero digo yo, para el amor siempre hay tiempo, ¿no?Pero para hacer las locuras que se hacen a los veintitantos...no sé, la juventud pasa volando, y hay cosas que hay que vivir cuando eres joven...ufff...cuanto en qué pensar...

jueves, 24 de septiembre de 2009

Cuentos y mentiras

La sociedad nos enseña, ya de bien pequeñitas, a esperar al príncipe azul de nuestros sueños. Como si esto fuera poco, también se encarga, y lo hace con mucho éxito, de desvirtuar lo que debemos esperar de él, y él de nosotras. Así, vas creciendo con una idea fija en tu cabeza: ser la bonita y perfecta princesa del cuento que vive la historia de amor más romántica que una pueda soñar.

Lo que no te explican, a la par que te invaden con patrañas el cerebro, es el lado oscuro de la historia.

¿Quieres crecer creyendo que tu pareja será perfecta y actuará siempre como tú esperas que actúe? ¿Quieres creer, cuando le encuentres, que es sólo tuyo, y tú sólo suya, porque el amor convierte a dos en uno y nos les hace falta nada más? ¿Quieres estar convencida de que él es el fuerte y de que tú no puedes valerte por ti misma? ¿Quieres acabar queriendo que él dirija tu destino y por tanto ser sumisa y obediente ante sus deseos y órdenes?

Yo no. Por desgracia, mi subconsciente no siempre está de acuerdo.




«First try»Tracy Chapman

lunes, 21 de septiembre de 2009

Perrillos desvalidos

Una compañera de trabajo me ha pedido que fuera de nuestro horario laboral, le acompañe mañana a hacer unos recados. Y yo, aunque estoy cogiendo un buen catarro (me duele la garganta, no paro de estornudar, me duelen las articulaciones) le he dicho que sí. Pero ni me apetece acompañarla ni me va nada bien.

Sí, lo admito, tengo la costumbre de adoptar a todos los perrillos desvalidos con la pata rota que me voy encontrando por el camino. Y es que mi compañera está viviendo una época muy mala, así que cuando me lo ha pedido, he pensado: "bueno va, voy a ir, que la pobre lo está pasando fatal".

Y, la verdad, se me ocurren mil cosas mejores que hacer que pasar parte de mi escaso y preciado tiempo con una compañera de trabajo (que no amiga, hay que diferenciar, porque no todas las buenas compañeras de trabajo son también buenas amigas). Así que ahora tengo que resignarme y acompañarla o decirle que no puedo, que además es verdad.

Sea como sea, lo peor es que no aprenderé la lección, y cuando vuelva a sentir que alguien "me necesita", casi seguro volveré a reaccionar de la misma manera. Aún sabiendo que no todo el mundo merece ser tratado como esa clase de personas, amigos o familiares, por los que sí vale la pena “mojarse”, dedicar tiempo, sacrificarse…

Que sí, que soy una pringada.

domingo, 20 de septiembre de 2009

El poder de la inseguridad

Ayer por la tarde volvía en el metro después de darme una sesión relajante en unos baños árabes, cuando, al mirar mi reflejo en las ventanas del vagón, tuve una de esas sensaciones que de vez en cuando se apoderan de ti inconscientemente y sin que puedas evitarlo: «Soy fea», me dije.

Enseguida me puse como una paranoica a mirar a mi alrededor en busca de algo, no sabía bien qué, que me hiciera verme con otros ojos, darme cuenta de que aquella imagen estaba distorsionada y no era real. Pero no encontré nada. Al contrario, veía en los demás pasajeros, en todos ellos, una belleza que contrastaba amargamente con la imagen que en aquel momento tenía de mí misma. Sin más, me entristecí.

Eso era, sin duda alguna, lo que más me frustraba de todo, porque darle tanta importancia a la belleza física, tan subjetiva y efímera, siempre me ha parecido, desde el raciocinio, una estupidez. Y, sin embargo, ahí estaba yo, agobiada por algo absurdo, irracional, infantil. Insegura por no ser capaz de ver en ese momento lo que esperaba ver en mi.

Hoy me he levantado y, al mirarme al espejo, sin un atisbo de duda, he vuelto a sentirme guapa. Y no porque mi rostro sea diferente, ni porque anteayer me sintiera un bellezón, sino porque he vuelto a sentir confianza en mi misma. La inseguridad, sin saber porqué, había desaparecido.

Siempre he envidiado a la gente segura de sí misma, ajena a lo que piensan los demás y convencidos de su valor. Yo lucho por aceptarme tal y como soy, y apreciar todo lo bonito que hay en mí. Casi siempre lo consigo, pero a veces el poder de la inseguridad me impide ver con claridad, y por un instante me domina la duda.

viernes, 18 de septiembre de 2009

...y para mi

Lo más difícil de compartir tus emociones es reconocer que hay cosas que pueden hacerte sufrir. Lo más bonito es darte cuenta de que siempre hay alguien dispuesto a escucharte y a tenderte una mano, siempre hay alguien que, como tú, está pasando por las mismas circunstancias. En ocasiones compartir puede transformar la pena en alegría, la excitación en reflexión, el miedo en risa, lo absurdo en importante...

Por eso para mi El diván secreto es un lugar tan especial, y que espero acabe siéndolo todavía más con el tiempo. Yo, con veintitantos casi treinta miro la vida desde el único prisma que la puedo mirar. Y como yo, miles y miles de mujeres se levantan cada mañana y afrontan un nuevo día lleno de ilusiones, de sorpresas y de alegrías, pero también de dudas, de miedos y de decepciones. Así que, ¿por qué no crear un lugar especial y único en el que nos podamos expresar con la más absoluta libertad?
Y que mejor que hacerlo con mi buena amiga Juno, con quien tantas horas de risas y reflexiones he pasado.

No lo demoremos más.

Este espacio para mi...

Ufff...Esto es muy nuevo para mi...Nací a principios de los 80, así que formo parte de esa generación que empezaba a usar los megas, los rams y los bits en su vocabulario. Antes esas cosas sonaban a ciencia ficción...Esa generación que flipaba con el juego del comecocos porque era lo más, y ya no hablemos del tetrix....En fin, que a pesar de ello (o tal vez a causa de ello, no lo sé exactamente), las nuevas tecnologías y yo no nos llevamos bien...No tengo facebook ni tuenti, y navego por internet lo justo y necesario...Peeeeero: el hecho de poder compartir todas las cosas que me inquietan, que me preocupan, que se me pasan por la cabeza, con las ventajas del anonimato y con la posibilidad de poder hacerlo con personas de cualquier rincón, me parece una gran oportunidad. Además de eso, comparto esta ilusión con una gran amiga, Hera.

Así, que aquí estoy. Intentando amueblar mi cabeza, que, como digo siempre, creo que tiene "una tara".

Y es que, mi mejor remedio para cualquier cosa, es verbalizar y hablar sobre lo que me pasa, sobre lo que siento. Soy de esas personas incapaz de guardarme cualquier inquietud o preocupación, pues, mientras enlazo palabras y frases, todo lo que antes era anárquico y sin sentido en mi cabeza, va tomando forma. Hasta ayer, era con mis amigos y mi familia con quien satisfacía esa necesidad de expresarme, ahora, además, tengo este espacio.