La sociedad nos enseña, ya de bien pequeñitas, a esperar al príncipe azul de nuestros sueños. Como si esto fuera poco, también se encarga, y lo hace con mucho éxito, de desvirtuar lo que debemos esperar de él, y él de nosotras. Así, vas creciendo con una idea fija en tu cabeza: ser la bonita y perfecta princesa del cuento que vive la historia de amor más romántica que una pueda soñar.
Lo que no te explican, a la par que te invaden con patrañas el cerebro, es el lado oscuro de la historia.
¿Quieres crecer creyendo que tu pareja será perfecta y actuará siempre como tú esperas que actúe? ¿Quieres creer, cuando le encuentres, que es sólo tuyo, y tú sólo suya, porque el amor convierte a dos en uno y nos les hace falta nada más? ¿Quieres estar convencida de que él es el fuerte y de que tú no puedes valerte por ti misma? ¿Quieres acabar queriendo que él dirija tu destino y por tanto ser sumisa y obediente ante sus deseos y órdenes?
Yo no. Por desgracia, mi subconsciente no siempre está de acuerdo.
Lo que no te explican, a la par que te invaden con patrañas el cerebro, es el lado oscuro de la historia.
¿Quieres crecer creyendo que tu pareja será perfecta y actuará siempre como tú esperas que actúe? ¿Quieres creer, cuando le encuentres, que es sólo tuyo, y tú sólo suya, porque el amor convierte a dos en uno y nos les hace falta nada más? ¿Quieres estar convencida de que él es el fuerte y de que tú no puedes valerte por ti misma? ¿Quieres acabar queriendo que él dirija tu destino y por tanto ser sumisa y obediente ante sus deseos y órdenes?
Yo no. Por desgracia, mi subconsciente no siempre está de acuerdo.
«First try»Tracy Chapman
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