Spray antivioladores o ¡pies, para qué os quiero!

Esta entrada daría para escribir mucho sobre otros muchos temas (indefensión, impotencia, INjusticia, prevención, recuerdos, educación, miedo, superación, venganza, dolor, agradecimiento...) pero seré breve: el viernes por la noche, tras bajarme del último ferrocarril que llegaba a mi pueblo alrededor de las 02.30, de camino a casa un chico me siguió, y poco antes de llegar se me plantó delante, se sacó el pene y se lo empezó a frotar. Le lancé un par de improperios encarándome a él, pero viendo que no era el típico demente que tiene más miedo que tú y se va corriendo a la que le llamas la atención (puesto que no se movió ni un milímetro de donde estaba y no cambió ni un ápice la mueca de su cara), salí corriendo,¡pies, para qué os quiero!.

Al doblar la primera esquina me di de bruces con un hombre al que me agarré con desesperación, y el hijo de la gran puta (al carajo con los eufemismos) que me seguía nos pasó de largo y se perdió en la noche. Mi ángel de la guarda iba como una cuba y tenía unas pintas bastante sospechosas, si me lo hubiera encontrado a esas horas por la calle cualquier otro día, probablemente le hubiera mirado con recelo. Pero me acompañó a casa.

Yo vivo en dirección contraria hacia donde él se dirigía (lo supe porque por el camino me contó que antes de chocarse conmigo iba a la estación a coger un taxi, y además me explicó lo mal que va España, la poca vergüenza que tienen algunas personas...),así que cuando ya estaba cerca de mi portal y vi que en la calle no había nadie más que nosotros, le di las gracias y le dije que ya no hacía falta que me acompañara más. Me despedí y seguí sola, pero justo antes de entrar en casa me di cuenta de que aún estaba de pie en el lugar en el que nos despedimos, esperando a que yo cruzara el umbral de la puerta. Entonces sí, me saludó con la mano y se marchó.

Al día siguiente fui a los Mossos, no me hicieron puto caso y de ahí fui a una armería a comprar una pistola... no, es coña, fui a comprar un spray anti violadores (homologado, totalmente legal).

Telestafa

Algunas personas son previsibles, incapaces de sorprender ni al mayor de los desconocidos, y así viven sus vidas, programadas, con el automático puesto. Otras hacen lo contrario de lo que cabría esperar, siempre van a contracorriente, incluso de ellas mismas, y aunque al principio dejan atónitos a quienes les rodean, cogido el habito, ya nadie se sorprende.

Yo no creo ser ninguna de las dos cosas. Más bien sigo una línea recta, y de vez en cuando me salgo del camino, sin razón alguna. Sin embargo de vez en cuando me supero a mi misma y al salirme del camino sin saber lo que hago, acabo por hacer lo que nunca haría, siempre algo absurdo, muy absurdo, y de ahí a cometer una estupidez hay un paso, que digo un paso, ni llega a eso.

El caso es que en Telecinco están sorteando una casa al día, y yo, que de vez en cuando se me va la olla y dejo de pensar con el cerebro, va y decido enviar un mensaje, para ver qué pasa. Y resulta que ese mensaje sólo te da 20 puntos, y que si quieres más tienes que contestar a una pregunta: ¿Quién es la famosa reina egipcia? 1) Cleopatra 2)Juana la Loca

Y resulta que con ese sólo son 50, y detrás de esa viene otra pregunta, y luego otra y otra y...y luego pasa que te das cuenta de que ya has mandado veinte mensajes, y como quieres creer, aunque sabes que no es cierto, que han servido para algo, lo sigues intentando convencida de que pronto acabarán las preguntas y te dirán Ahora sólo tienes que esperar al sorteo, pero no pasa eso, y las preguntas siguen...

Cuando de tanto rato contestando 1...2...1...2...1...2...1 te duele la mano, y ya no piensas en la casa, sino en el pastón que debes llevar gastado inútilmente y de repente te das cuenta de que las preguntas son infinitas y de que la cuenta corriente está sangrada y no vas a tener para pagar la factura...Entonces, por fin, paras.

Dos horas después, cuando has conseguido olvidarlo y dejar de sentir un enfado monumental contigo misma por ser imbécil, te llaman de Orange para preguntarte amablemente si eres tú o si te han robado el teléfono, ya que les sosprende el gasto tan elevado en mensajes premium realizado en las últimas horas. En ese momento contienes la respiración, y esperas en silencio para conocer lo que ya sabes: 130€ y otro mes apretándote el cinturón.
Como si no fuera ya siempre así.

Ya no me acuerdo

Ana Belén le da su toque de magia a esta estupenda canción. Como soy masoca no paro de escucharla, así que hoy me pasaré el día invadida por la nostalgia...porque aún me acuerdo.

Hombres y mujeres, ¿igualdad?

Yo crecí en una familia media en la que, por suerte, aprendí valores como la tolerancia, la generosidad o el respeto. En ese entorno mis padres me enseñaron que la igualdad entre hombre y mujer era algo natural, pero mientras recibía este mensaje, mi abuelo, por su parte, me hacía ver la otra cara de la moneda. En la comidas familiares, los hombres permanecían sentados a la mesa y hablaban de temas varios con el tono de quienes se creen los reyes del mambo; mientras, las mujeres, yo incluida, íbamos y veníamos de la cocina con actitud servil.

Un día la niña de diez años que yo era decidió indagar el porqué de esa extraña diferencia que mi sentido común de corta edad no alcanzaba a entender. Así, decidida y curiosa, le pregunté a mi abuelo: «Abuelo, ¿tú por qué no pones nunca la mesa?» «Porque no me sale del huevo izquierdo y parte del derecho», fue su respuesta.

Recuerdo que en aquel momento no entendí bien qué quería decir, pero el tono no me dejó lugar a dudas. Ya nunca más volví a preguntar.

De eso hace ahora más de quince años, y por desgracia mi abuelo, al que adoraba y me adoraba (a pesar de la imagen que pueda dar aquí), ya murió hace tiempo. Sin embargo, si miro a mi alrededor veo que la actitud que él tenía sigue presente en esta sociedad. Y lo que es mucho peor, no en hombres de su generación, sino en chicos jóvenes, que deberían ser hijos de otra educación.

Qué lástima que, paradójicamente, sean las mujeres en muchos casos las responsables de que no sea así.

Rencor

No soy rencorosa, pero no puedo perdonarle. No me gusta que juegue conmigo, no me gusta que me use de paño de lágrimas, no me gusta que me use para darle más emoción a su monótona y tediosa vida sin importar las consecuencias.

No soporto que no conteste mis llamadas, no soporto que se le trague la tierra para después aparecer en mi vida cual ave migratoria.

No soporto que me diga que me quiere, no soporto que se haya casado, no soporto no haber probado bocado en la boda (con la pinta que tenía todo y yo con el estómago cerrado, con lo que me gusta a mi una buena pitanza).

No soporto ser encantadora con él a pesar de los 3 párrafos anteriores.

Ahora dudo entre llamarle o escribirle un mail explicándole todas estas cosas que no soporto, o castigarle con silencio e indiferencia...aunque me va a costar mucho...

¡¿alguien tiene un piti?!

El amor no está predestinado a morir

Una de las cosas que más miedo da a una pareja enamorada es el paso del tiempo. Creemos que con éste estamos destinados a marchitarnos; creemos que nuestro amor, nuestro enamoramiento y deseo, se van evaporando sin remedio hasta desaparecer.

Así que nos resignamos a esperarlo.

Pues no es verdad.

Mi chico y yo llevamos tres años viviendo juntos. Durante este tiempo hemos pasado nuestros más y nuestros menos, hemos tenido épocas difíciles, fáciles y algunas, las peores, indiferentes. Sin embargo siempre llega un día en el que el cruce de miradas se tiñe de un brillo especial otra vez, un día en el que volvemos a sentir ese cosquilleo en el estómago, tan reconocible y difícil de explicar, un día en el que, como si fuera ayer cuando nos conocimos, se para el tiempo y nos dejamos llevar. Sin presión, sin responsabilidades, sin miedos.

***

Una copa de vino tinto. No cualquier vino, sino un vino argentino al ritmo de la carne asada, deliciosa, que estábamos tomando. Este es el preámbulo de nuestra cita en la que, como si no hubiéramos salido juntos de casa, ni fuéramos a volver juntos a ella, nos regocijábamos el uno con el otro.

Postre. ¿O es una suerte poder irnos juntos a casa?

Decidimos pasar por el supermercado para comprar lo necesario y pasar la tarde bebiendo mojitos. Nos compenetramos a la perfección, curioso presagio de lo que está por venir, y mientras él está comprando yo arreglo el salón, pongo velas, música y con picardía busco en el armario nuestro juego especial.

Él llega y todo es perfecto. No importa si teníamos cosas que hacer, ni si el teléfono suena, porque no lo escuchamos. No importa si pasan las horas y olvidamos cenar, porque el tiempo es nuestro, y nada puede arrebatárnoslo.

No importa que el cansancio y la resaca me nublen hoy la vista, porque momentos como ayer hacen que la vida valga la pena, y que pueda decir, sin un atisbo de duda, que el amor no tiene porqué estar predestinado a morir.

Mi única pena

Hay algo mucho peor que estar jodida, que tener un gran problema de difícil solución, que pasarlo mal, que ser víctima de una gran desgracia...es que todo eso le ocurra a un ser querido. Yo lo tengo todo en la vida, por lo menos todo lo que considero importante para ser feliz: tengo salud, la mejor familia del mundo y unos amigos estupendos que me quieren y que también tienen salud, la mente más o menos amueblada, un trabajo, la posibilidad de estudiar algo que me encanta y un novio guapísimo y encantador que me adora. ¿Se puede pedir más?

Pues yo sacrificaría todo eso porque dos personas a las que adoro, dos de las personas más importantes de mi vida, no estuvieran pasándolo lo mal que lo están pasando. Esa es mi única pena en la vida: su pena.

No creo en Dios, pero si existe, es un hijo de puta.

Dejar de dejar de fumar

Lo he decidido: voy a dejar de dejar de fumar. Llevo mucho tiempo fumando y otro tanto intentando dejar de fumar. Y lo dejo y vuelvo y lo vuelvo a dejar... Es frustrante, y aunque las personas que no fuman y las que ya lo han dejado lo pueden encontrar fácil, me cuesta horrrrrrrrores olvidarme del tabaco para siempre. Ahora hacía varias semanas que no fumaba, pero claro, lo eché todo a perder con eso de "un piti esta noche y ya está". Así que, ala, se acabó la tortura, me voy a poner a fumar como un carretero, ¡se acabó el dejar de fumar!

Hera, no pongas esa cara que te veo (Hera ha conseguido dejarlo y ahora es de la Liga Antitabaco, por lo menos a mi me da caña para que lo deje), es broma, voy a seguir intentándolo, pero es que ya sabes, dan ganas de dejarse llevar, resignarse a morir antes, tener más celulitis, no poder subir dos peldaños...en resumen, joderse la salud y por ende la vida.

Aunque ahora me viene a la cabeza una canción de Seguridad Social que se llama "Tengo que romper" y el estribillo dice: "tengo que romper, con determinación, las cadenas de mi corazón" (y en vez de corazón yo canto adicción).

Pues eso, a romper las cadenas.

Trabajar, trabajar y trabajar

A veces me pregunto cómo narices somos capaces de tirar hacia delante en esta sociedad que nos esclaviza a un trabajo contínuo y desagradecido.

Si quieres intentar, que no necesariamente conseguir, llegar a ser algo/alguien, estás obligado a partirte los cuernos día y noche, por lo general realizando algo que ni te va ni te viene, y soñando mientrastanto con que algún día tendrás tiempo para poder hacer lo que realmente te gustaría. Tiempo, todo sea dicho, que raras veces llega.

Yo trabajo. También estudio. Soy independiente, que no es otra cosa, o esta es la conclusión a la que he llegado, que ser más dependiente de todo lo que te rodea excepto de la familia. Así que en realidad creo que soy más dependiente ahora que nunca.

Sinceramente, admiro muchísimo a la gente capaz de llevar este ritmo de vida con una inmensa sonrisa en la cara y felices por las oportunidades que la vida les ha dado. Yo, sin embargo, tengo momentos, como ahora, en los que no encuentro las fuerzas. Y es que si lo pienso son las 8:49 de la mañana, y hoy, como cada día, no volveré a casa hasta las 10 de la noche.

CHOCOLATE

Una torrada de pan calentito untado con Nocilla/Nutella (lo mejor de la lista), un brownie de chocolate con nueces, pastel de queso con chocolate caliente por encima, una palmera de chocolate, chocolate con churros, bombones, una tableta de chocolate con galletas, fondue de chocolate...chocolate, chocolate, chocolate...

Tengo una aventura con Matt Damon

Y es que hace 12 días que no tengo sexo con mi chico, y eso me estaba empezando a afectar. Así que mi inconsciente, hace dos noches, sin previo aviso, decidió que ya era hora de echar un buen polvo…aunque fuera en sueños. ¡Y menudo polvo!

Y mi consciente, pícaro como él solo, batuta de unos dedos libres como el viento, decidió ayer darse un regalazo y él, que en mi imaginación acepta todo con una buena sonrisa, volvió a ser el protagonista.

Ahora creo que estoy un poco obsesionada, y eso que nunca me había fijado demasiado en él, ni es…diríamos, mi tipo. Pero, ¿qué importa eso cuando la imaginación echa el resto?

SMS: SIEMPRE TE QUERRÉ

Quiero llorar, y aún a riesgo de que me toméis por una persona desequilibrada e inestable que no sabe lo que quiere, os explicaré por qué.

Acabo de recibir un sms de alguien a quien conocí hace mucho tiempo. Nos enamoramos perdidamente como lo que éramos, unos adolescentes, pero por diversas razones, y podría decir que en contra de nuestra voluntad, perdimos el contacto durante muchos años. Hasta que el caprichoso destino nos volvió a reunir justo en un momento en que yo lo había dejado con mi actual pareja.

Revivimos esos veranos juntos, con las misma ilusión, las misma pasión, y alguna herida más en el corazón. Y aunque yo sentía que me había reencontrado con mi primer y verdadero amor, fue imposible tirar con la relación para adelante, porque por desgracia a veces el amor no basta, y tuvimos que resignarnos a ser simplemente amigos.

Desde entonces, aunque cada uno sigue con su vida, allá en su ciudad, en su mundo, siento que tengo el corazón dividido. Es decir, quiero a mi pareja (véase post anterior), pero si pienso en él, en mi primer amor, pienso que la vida no es justa (Amaral, jejjejje). Sé que es difícil creerlo si no lo vives, pero yo pienso que el corazón es muy grande y se puede amar a más de una persona. No podría elegir entre ellos...o sí...

¿El amor siempre llama dos veces?

¡¡Sí, sí, síííííí!!¡¡Vuelvo a estar enamorada de mi novio!!De nuevo me paso el día pensando en él, me muero de ganas de verle, llevo todo el día una sonrisa de oreja a oreja ...puaggg...qué asco que doy.

Pero sí, he recuperado la ilusión, chispa, la pasión...Vuelvo a desearle, y debido a la fase de enamoramiento que estoy reviviendo, siento la necesidad imperiosa de procrear (aunque como ser racional que soy no me voy a dejar llevar por el puro instinto animal, y voy a dejar el tema de los hijos para cuando realmente me apetezca, si es que me llega a apetecer).

Yo pensé que ya había pasado por ese trance maravilloso, que mi amor había dado paso al cariño, al apego, la complicidad, y que ya nunca volvería a sentir mariposas en el estómago por mi pareja. Pero mira, lo que son las cosas, me he enamorado dos veces de la misma persona.