Aunque a mí no me gustaría que alguien a quien quiero me escondiera algo por no preocuparme, ayer hice trampa, no le conté a mi padre todo lo que le tenía que contar (véase post anterior). Le he contado una verdad a medias (eufemismo de mentira), escudándome en que yo tampoco dispongo de mucha información y quitándole muuucho hierro al asunto, que me hice la tonta vaya. Aunque en un momento de la conversación puso su cara de “esto me huele mal” (ceja derecha levantada y mirada incrédula), creo que conseguí mi objetivo, que no se preocupara y pensara que lo que me pasa es poco más que una chorrada y que no hay que darle mayor importancia.
Y así, como quien no quiere la cosa, acabamos hablando de cómo la liaba yo de pequeña cuando me llevaban al dentista y del día que le pegué un mordisco al doctor, motivo por el cual no quiso atendernos más y tuvimos que cambiar de clínica dental.
No sé si hago bien o no, pero, si al final descubre el pastel, le pondré ojitos y le diré que mi intención era no preocuparle.
Balance gilipollas del 2020
Hace 3 años
Lo que tienes que hacer es no preocuparte tanto por los demás y hacer lo que sea mejor para ti.
ResponderEliminarMucho ánimo
P.D. Siento mi silencio estos días pero entre exámenes-enfermedad-etc....Prometo volver pronto :P
El viejo truco,de 'el eterno femenino.'
ResponderEliminarJejejeje. ;)