Mi última entrada - "condiós"

Nooooo, no es mi última entrada en el blog, es la última entrada que voy a dedicar a hablar de X, me explico.

No sé si hago lo correcto, pero cuando algo me apena, me entristece, me preocupa, y no puedo solucionarlo, cuando lo único que puedo hacer es superarlo o aprender a vivir con ello, mi táctica es intentar no pensar. Intento desconectar, hacer como si ese algo no existiera. Por ejemplo, intento no pensar en que X ya no va a formar parte de mi vida nunca más y que probablemente ahora estará follándose a una tal Lidia. Vale, que me acuerde ahora no cuenta.

X siempre me decía que de esa manera no me enfrentaba a las cosas y no las superaba. Pero yo pienso que cuando algo no puede ser y además es imposible, para qué te vas a recrear en ese pensamiento. Pues ya está, a otra cosa mariposa.

Entonces, me concedo un día de desahogo. El sábado lloré mucho, y no digo que no vaya a hacerlo más, pero intentaré esquivar ese momento como sea. ¿Es eso ponerse una venda y no querer ver que me jode, me jode mucho que ya no me quiera? Puede ser, pero funciona. Y así hasta que un día, ya no tienes que mirar a otro lado cuando te embarga la tristeza, porque ya se ha esfumado.

Así que como decía, me concedo un día de luto, de desahogo, de recrearme y llorar lo que se dice agusto, pero pasado ese día, a las penas puñalás. Pienso en las cosas que me satisfacen, y a ello que voy. Que me quiero pegar un atracón de nutella, pues me lo pego. Que me apetece salir a bailar, pues llamo a mis amigos. Que me apetece fumar, pues fumo. Pero sobretodo, intento no pensar, tanto, que aunque normalmente necesito contar mis cosas y compartir mis movidas con mi gente, en estos casos, lo hago menos, todo con tal de acordarme lo menos posible. Así que cuando no quiero hablar de algo o lo resumo muy resumido, es por que ese algo me afecta de verdad.

Y en fin, lo de siempre, intento pensar en las cosas buenas de la vida, pensar que todo pasa y que todo el mundo supera, en este caso, un desamor (para ello me ayudáis mucho con los comentarios sobre vuestras experiencias) y en seguir con mi vida adelante, con mis proyectos, mis ilusiones.

¿X?¿Quien coño es X?¿Ese gilipollas atormentado, neurótico, egocéntrico y egoísta?Pues no, no me suena... tralarí, tralará...(sigo recogiendo flores por el campo).

Es inevitable que a lo largo del día me den punzadas cuando me venga su recuerdo a la cabeza, y al principio cuesta mucho que no me embargue la tristeza y la melancolía, pero oye, cada vez cuesta menos, cada vez cuesta menos volverle la espalda y hacer como que no he visto (sentido) nada.

Esa es mi táctica, no pensar.

Así que, no puedo asegurar que jamás de los jamases volveré a hablar de X en el blog, pero al menos durante un tiempo, intentaré no hacerlo.

Así que esta es la última entrada que le escribo.






Este bálsamo no cura cicatrices,
esta rumbita no sabe enamorar,
este rosario de cuentas infelices
calla más de lo que dice
pero dice la verdad.
Este almacén de sábanas que no arden,
este teléfono sin contestador,
la llamaré mañana, hoy se me hizo tarde,
esta forma tan cobarde
de no decirnos que no.
Este contigo, este sin ti tan amargo,
este reloj de arena del arenal,
esta huelga de besos, este letargo,
estos pantalones largos
para el viejo Peter Pan.
Esta cómoda sin braguitas de Zara,
el tour del Soho desde un rojo autobús,
estos ojos que no miden ni comparan
ni se olvidan de tu cara
ni se acuerdan de tu cruz.
No abuses de mi inspiración,
no acuses a mi corazón
tan maltrecho y ajado
que está cerrado por derribo.
Por las arrugas de mi voz
se filtra la desolación
de saber que estos son
los últimos versos que te escribo,
para decir "condios" a los dos nos sobran los motivos.
Esta paya tan lejos de su gitano,
este penal del Puerto sin vis a vis,
esta guerra civil, este mano a mano,
estos moros y cristianos,
este muro de Berlín.
Este virus que no muere ni nos mata,
esta amnesia en el cielo del paladar,
la limusina del polvo por Manhattan,
el invierno en Mar del Plata,
los versos del Capitán.
Este hacerse mayor sin delicadeza,
esta espalda mojada de moscatel,
este valle de fábricas de tristeza,
esta espuma de certeza,
esta colmena sin miel.
Este borrón de sangre y de tinta china,
este baño sin rimmel ni nembutal,
estos huesos que vuelven de la oficina,
dentro de una gabardina
con manchas de soledad.
No abuses de mi inspiración,
no acuses a mi corazón
tan maltrecho y ajado
que está cerrado por derribo.
Por las arrugas de mi voz
se filtra la desolación
de saber que estos son
los últimos versos que te escribo,
para decir "condios" a los dos nos sobran los motivos.