lunes, 30 de noviembre de 2009

Spray antivioladores o ¡pies, para qué os quiero!

Esta entrada daría para escribir mucho sobre otros muchos temas (indefensión, impotencia, INjusticia, prevención, recuerdos, educación, miedo, superación, venganza, dolor, agradecimiento...) pero seré breve: el viernes por la noche, tras bajarme del último ferrocarril que llegaba a mi pueblo alrededor de las 02.30, de camino a casa un chico me siguió, y poco antes de llegar se me plantó delante, se sacó el pene y se lo empezó a frotar. Le lancé un par de improperios encarándome a él, pero viendo que no era el típico demente que tiene más miedo que tú y se va corriendo a la que le llamas la atención (puesto que no se movió ni un milímetro de donde estaba y no cambió ni un ápice la mueca de su cara), salí corriendo,¡pies, para qué os quiero!.

Al doblar la primera esquina me di de bruces con un hombre al que me agarré con desesperación, y el hijo de la gran puta (al carajo con los eufemismos) que me seguía nos pasó de largo y se perdió en la noche. Mi ángel de la guarda iba como una cuba y tenía unas pintas bastante sospechosas, si me lo hubiera encontrado a esas horas por la calle cualquier otro día, probablemente le hubiera mirado con recelo. Pero me acompañó a casa.

Yo vivo en dirección contraria hacia donde él se dirigía (lo supe porque por el camino me contó que antes de chocarse conmigo iba a la estación a coger un taxi, y además me explicó lo mal que va España, la poca vergüenza que tienen algunas personas...),así que cuando ya estaba cerca de mi portal y vi que en la calle no había nadie más que nosotros, le di las gracias y le dije que ya no hacía falta que me acompañara más. Me despedí y seguí sola, pero justo antes de entrar en casa me di cuenta de que aún estaba de pie en el lugar en el que nos despedimos, esperando a que yo cruzara el umbral de la puerta. Entonces sí, me saludó con la mano y se marchó.

Al día siguiente fui a los Mossos, no me hicieron puto caso y de ahí fui a una armería a comprar una pistola... no, es coña, fui a comprar un spray anti violadores (homologado, totalmente legal).

3 comentarios:

  1. Madre mía, ¡qué miedo debiste de pasar!

    Hay gente muy enferma y gente que sin estar enferma, se pasa por el forro el respeto hacia los demás.

    También alucino con que los mossos no te hicieran ni caso, es para denunciarlos.

    P.D. Me parece que yo te voy a hacer caso y hoy mismo me armo con mi spray bien a mano en el bolso.

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  2. Pues sí Hera, a mi me ha costado 15 leros, así que si al final vienes a la Purísima, te llevo a donde lo compré yo.

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  3. Bien hecho!! Y que pena que no estemos en los States...pq aparte de que pobablemente podrías comprarte esa pistola para tu propia defensa,allí la policia y la justicia no se la cogen con papel de fumar como aquí, y se habrían tomado en serio tu denuncia.
    Vamos que me toi imaginando al Horatio Kane,quitándose las gafas negras y haciéndole un gesto de negación al onanista persistente. ;)
    Un abrazote,y a olvidar el susto,Juno.

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